domingo, 5 de noviembre de 2006

irremediable

Entramos al cuarto de hotel y notamos que no es lo que las fotos decían, pero lo importante está ahí: la cama.

Acomodo parte del equipaje. Tú te fumas un cigarro afuera, en el pasillo, contemplando la fuente de la planta baja.

Salgo contigo y platicamos un rato, el viaje, la ciudad... A pesar de que son las tres de la mañana, el sueño se ha ido.

Regreso al cuarto y me siento ansiosa, ya quiero tenerte entre mis piernas…

Te llamo, nos alistamos para “dormir”, no sé por qué, mientras platicamos y nos acostamos tengo la sensación de que el cansancio te hará dormir instantáneamente.

Me resigno. Me pongo la pijama.

Te ríes de mí y me dices:

- Para que trajiste eso, no lo vas a necesitar…

Sonrío…

la noche empieza.

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