miércoles, 27 de diciembre de 2006

Perfumes de la noche

-No huelo a ti ni a mí, sino a un tercer olor que es el nuestro, dijo ella, sin despegar los ojos del techo y sus islas de humedad.

Me levanté de la cama y discorrí ligeramente la cortina.

-Qué raro, exclamé. En el patio hay conejos en sus jaulas sin la menor protección para la lluvia.

-Debe ser un motel para conejos, dijo ella cerrando la cortina.

Envueltos en risas y mordiscos caímos otra vez sobre el oscuro dibujo de la colcha.

En Radio Joya dijeron la hora y ella saltó en busca de la regadera.

-Ven, gritó. Ahora sí hay agua caliente. Y es mejor que huelas a Jardines de California que al olor de nosotros.

Me quedé donde estaba y pensé en el dios del trueno,

en los conejos que dormitaban

sin hacer caso de la tormenta y en el olor a Jardines de California

que salía del baño para mezclarse con los perfumes de la noche.


Francisco Hernandez

(tal vez con Crazy little thing call love, de fondo....)

2 comentarios:

Etèria dijo...

Me parecio interesante tu blog.

Prometo volver a visitarte.

Lust dijo...

Gracias Belita, eres nuestra primera visitante!